Muchos bienes.
[Tengo.
Una sensación aletargada de cansancio, como si me
debiera largas épocas de agosto.
Agotado, en el sueño que prescinde de placeres y abre la
puerta a paisajes brahmánicos, caminan saldos de letanías molestas, risueños
porvenires de dolor fresco, salmodian cantos relamiéndose entre mil sábanas
para las frentes anchas.
Tu frente ancha ya no visita mi semblante, y hacia los
parecidos de las caballerizas se dirigen por la tarde horribles cantos de
sirena.
Son siempre la multitud en el sino de una promesa
Llevándose con el agua las humanas basuras y sus miserias.
Tengo la sensación del cansancio aletargado, en el sueño
abre las puertas la gran orfebrería pisando brisas calmas
Ofrece la virtud un lugar para la pesca, de resfriados y
excusas
Durante una larga espera.
Caminan lejos sembrándose nubes
Lloverán hacia el costado de tu cuadra más ajena,
Y encontrarán la satisfacción garantida, el suplicio de
mujeres que han sido olvidadas con los años,
Mientras las paredes nacen, más constantes, más frías más
fraudulentas y carentes.
Sacan manos hacia el cielo, salmodian pedazos de religiones
lejanas,
Cantan a la bestia que les lleva la ventaja en la acechada
luz
Por la cuadra más lejana de tu costado.
Y le llamamos trabajo.
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