2.5.12

Escuchar música de gente que ya murió.


Antes no me costaba, ahora siento algo raro.
Creo que me lo pegó A..
Creo que solamente es haberme desacostumbrado, como dije que iba a desacostumbrarme.
Quizás me analizo menos.
Me miro menos.
Me se menos, y me trago menos.
Me doy menos, y me presto menos.
Me salgo menos de los lugares que menos me gustan, y me golpeo menos.
Pero me aburro.
Y a veces no me doy cuenta.
Eso decía ella, no estás deprimida.
Estás distraída.
Y es así, estoy distraída.
Distraída con qué?
Con el amor que todo lo puede más que la sincera razón que me hace impotente.
Ese amor tan henchido de orgullo como de temor, y al acecho de uno como los mosquitos.
Mi amor es un mosquito, un oso panda y una cucaracha.
En fin mi cariño se hizo grande y mi voluntad no tiene lugar ahí.
Yo no tengo lugar en mi cariño, no con el peso que deja el sótano.

Despacio me acuerdo.
De mi.
Soy una forma que se dejó a la mitad (no se puede dejar una forma a la mitad).
Y tengo el revés en el cinto gracioso, alrededor de una trenza infinita y vaga.-
Vaga y celosa, como en pleno verano.
Asoma un parto que oscurece y calla mundos.
Un primer hijo se complace sobre arena salada,
y las primeras horas de la noche lloran como naciendo.


Siempre que me pierdo volver se hace largo, pesado, imposible.
Moribundo; simplemente no me dan ganas.
No hay caminos hacia atrás.
Ni lienzos nuevos, ni palancas ni persianas para el dormitorio
que se hace espeso
nuevamente.