15.7.11

Museo.

sorber la palidez de un camino sin escrúpulos que se cierne yuxtapuesto
entreteniéndonos para completar fisuras
ahora en su jadeo se cristalizan
se hacen montaña y obstrucción de rectos prometidos a caballerizas
a limítrofes ciudades que ríen brisa otoñal constante
despiertas en la insomne vela caucásica 
en la exuberancia de la exposición
que no mencionaré
para las manos presiden un envoltorio
de papel plástico y para las cabezas
para las estridencias de una conciencia que anochece
prometen el prefacio eterno.

                         [el mito es un reloj.

sobre que la carta entrega al portador de un halo dramático
al inquisidor de un silencio roto, al que comenta las praderas de un hombre detallando cada hoja cada     
sombra cada animal en la llanura espesa
como si hiciera falta la evocación para la presencia.


8.7.11

[2678400’’

para estar tranquilo con esta conciencia de animal que se desarma
son tirados al fuego todos los fondos de las cosas
todos los contemplativos deseos que se ocupan de tu ausencia

            [depauperado sicario abraza las        
                                                       velas.       
son para las patas a monedas mas ruido de brillo que el oro
más peso de martillo que resto de huesos
y entre las flores rozan cada esquina del cariño contra la cara.
..

cuando las casas se comportan como horas pasando lentamente a través de un hilado con ventanas
                                                       [como si las venas de un brazo acabaran en el mar.

cantando por la venida hacia uno que camina de costado
cuando el aire agita la ensoñación de la siesta al calor de unos niños
o las cortinas se ven por detrás de tu tristeza


 * *

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en el estival concierto para las carnazas
las ofrendas las palabras
las niñerías
las mentiras que revolotean por los bolsillos
de un pueblo que convulsiona sus manierismos
situando la corrompida Venus en un altar
rindiéndole un culto plácido a las entrañas estáticas de un amor convaleciente

entre el ruido
viene a mostrarse despacio la convenida escasez de tu presencia.


*

3.7.11

Poema erótico número 37.

Veo el miserable reflejo de tiras de papel metalizado sobre la mesa que guardó tu presencia enarbolada
como las enredaderas que mecen las paredes que sostienen nuestras casas
que son nuestras ropas interiores
que nos ponemos y nos sacamos a diario
que guardan nuestras valiosas proyecciones sobre objetos que son pertenencia
o sea vínculo o parentesco
como se es pariente de un tío de un primo o de un hijo
o de un hijo de un tío que conocimos hace minutos
que son una forma de tantas mediciones de existencia
que crean la ilusión, de que el tiempo es una cosa mensurable.