25.2.11

Parte A

Son caprichos eternos. (Madres)
Desde la cima de su eterna sien se desprenden golpes de marea alta.

...Son saltos de un humo pestilente
desde las capas del sólido que se presenta como personare.
Como para sanar la sarnosa calidez que tiene siglos valiéndose del rumbo
de los días sin coyunturas.

El miedo en este caso de los miembros
En este caso de los ojos y de las manos y de la nariz
Y de los pechos.
Y de los vientres vacíos que aúllan calamidades inescrutables.

Deja ver televisión seguido, y sirve para nada en específico.